Después de casi dos meses "hibernando", hacemos una modesta aparición para que no se nos olviden las buenas costumbres. No se si seré capaz de "construir" el reportaje, pues ya lo tenía un poco olvidado. Entre eso y que la actividad no dio para mucho, será una reaparición sin pena ni gloria. La primera intención era buena, pues coincidíamos con algún que otro forero, en hacer una raquetada por la parte de Lunada, que estaría a tope de nieve. Sería la primera, pues todavía no teníamos semejantes artilugios. Así que, ni corto ni perezoso, a Decathlon... ¡agotadas! Bueno, aunque no hay 2 x 1, las cogeremos en el Forum... sííí, ¡agotadas también! Así que, tenemos que cambiar de planes y Aurelio que siempre tiene buenas ideas, en esto de la montaña, dice: "Siempre que vamos en dirección a Panes, nos llama poderosamente la atención (siempre que pasamos, hablamos de ella y la verdad es que desde ahí, tiene un aspecto impresionante), la Pica Peñamellera y nunca hemos estado en ella". Menos de 8oo msnm... casi seguro no tendrá nieve... cerca de dos meses sin pisar monte, luego no estaremos físicamente para grandes empresas... No lo pensamos dos veces y para allá que nos fuimos.
Madrugón, ciento y
pico kms. de coche y Panes que nos recibe con buenos deseos:
El comienzo de la ruta, lo hicimos desde "La Molinuca".
Nada más empezar a andar, nos encontramos con lo que debió ser un buen ejemplar de roble:
La cantidad de nieve en las alturas, favorece la abundancia de agua por todas partes.
La mayor parte de la aproximación a "La Pica" la hacemos por una cómoda, aunque bastante insulsa carretera. Cruzamos por el tranquilo pueblo de Bores (creo que el nombre no hacía falta) y al fondo ya vemos nuestro objetivo del día:
Relajantes rincones y buenas vistas las que tenemos.
Un poco más arriba, pasamos por otro encantador barrio, de cuyo nombre no... no me acuerdo, lo siento:
Ya estamos más cerca. Lo que siempre creíamos que era un solo pico, ya nos dimos cuenta al poco tiempo de empezar a caminar, que no era tal, si no dos, pues desde la carretera deben de coincidir uno delante del otro y da la impresión de ser solo uno. La Pica es el de la derecha...
... y este el de la izquierda:
Ya en la parte alta, los ganaderos hacen acopio de agua. Cualquier recipiente es bueno.
Y alguno bien ingenioso:
Para que puedan beber los "amiguitos de "beltri"... ¡y mios! que también me gustan mucho.
Otro buen rebaño, en este caso de cabras:
Parecían estar esperando a dos más. Para allá vamos.
En la falda tenemos que atravesar una pequeña pedrera...
... y empezamos a subir. Aurelio, como siempre, marcando el ritmo:
Hay un par de trepadillas en las que hay que poner un poco de atención, sobre todo al bajar y un paso cerca del cortado en el que había que extremar precauciones porque tenía algo de nieve, pero sin grandes dificultades y pronto vemos el "punto culminante".
La altitud es modesta, pero...
... lo que veo es "flipante". (Aurelio no quiso salir en la foto).
Ya habréis podido apreciar, por algunas fotos, que el día, estuvo extraordinario, lo que nos permitió ver así de espectacular al "Jefe":
Más que nada por practicar, os pongo un par de "panos". (No le acabo de coger el truquillo a esto). Nada parecido con la realidad de lo que veíamos "in situ". Esto es lo que se veía hacia la zona de Picos:
Y esto hacia la Sierra del Cuera:
Después de disfrutar bien de esas vistas y de recuperar fuerzas, dejamos esa bonita atalaya.
En la bajada, también teníamos buen panorama de la zona por
la que habíamos subido:
Una vez en el collado y viendo que era una hora temprana y la distancia recorrida no muy grande, decidimos continuar en dirección a Mier y volver al punto de partida "río abajo" y así completar un circuito, aunque los últimos kms. dudábamos si los tendríamos que hacer por carretera. Aquí va un detalle del recorrido completo. (Con un... "bastante" de imaginación, el track ha salido con forma de... "pantera al acecho").
Mier, es el pueblo que se adivina en la parte sombreada de la izquierda de la foto y que está a orillas del río:
La bajada, se hace por una cómoda carretera, pero nos deja algunas imágenes para el recuerdo:
En la siguiente foto, podréis apreciar bien la situación del pueblo. Para los que no conozcan la zona, diré que está en la carretera de va de Panes a Arenas de Cabrales y está formado por dos barrios, uno a cada lado del río. Se les denomina "Mier... de acá" y "Mier... de allá" , dependiendo de la orilla del río en la que están. Es bastante típico un chiste que se suele hacer jugando con esos nombres, pero... huele bastante mal, así que, no lo cuento.
De lo que sí estoy seguro, es de que tiene que ser tremendamente húmedo y frío. Cuando pasamos por ahí, eran ya las dos de la tarde y da la impresión de no entrar el sol en todo el día.
El río (esto no creo que haga falta decirlo, pero por si hay algún "despistaíllo") se trata del Cares.
Aquí llegó el momento de decidir si bajar por la carretera, cosa que no nos apetecía mucho o si se podría hacer por la orilla del río. Sabiendo que está muy bien acondicionado para la pesca, decidimos cruzar a la margen derecha (según descenso) y lo hicimos por el primer sitio posible. Que mejor, que por este bonito puente:
Al otro lado dejábamos la peligrosa carretera (mucha curva y nada de arcén), por la que tendríamos que haber bajado unos 7 kms. hasta llegar al coche:
Dejamos atrás Niserias con su restaurante, a prueba de crecidas...
... y su bonita presa, en la que se pueden ver las escalas, para facilitar la subida de los salmones en temporada de pesca.
Pesca, que dicho sea de paso, es otra de mis múltiples aficiones relacionadas con la naturaleza. Y como tal pescador, conozco bastantes ríos del Norte de la Península y partiendo de la base, de que sobre gustos no se puede discutir, para mí, el más bonito y espectacular es el Cares, sin duda.
Varios refugios naturales, aunque muy bien acondicionados, con su escalera y bancos de piedra.
Cómodas plataformas para los pescadores en los pozos salmoneros:
Aunque no todo fue un camino de rosas, pues tuvimos algún paso complicado, la mayor parte de la bajada la hicimos por preciosos senderos como este:
Sendero que nos lleva, al final del trayecto. Ya solo nos queda cruzar el puente, por el que comenzamos, casi 7 horas antes, esta recomendable ruta. Al final del mismo, ya vislumbramos nuestro coche, que nos llevará por otro puente imaginario (carretera), que unirá mi tierra natal, Asturias con la de residencia, Cantabria.
¡Ah!, se me olvidaba. Pongo el relieve del recorrido. Como podréis ver, tampoco fue todo un relajante paseo. Mis piernas me lo recuerdan todavía, constantemente.
Hasta la próxima.
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