lunes, 22 de junio de 2009

JITU DE ESCARANDI - PICA DEL JIERRU.




Esta vez, no puedo empezar el reportaje, diciendo cosas como... "pequeño paseo"...  "cómoda rutilla"...  "modesta actividad"...  o zarandajas por el estilo, pues si lo dijera, pecaría de falsa modestia. Ha sido una ruta seria, aunque lo de... "bonito recorrido", si encajaría perfectamente en su descripción. Se trata de mi segunda incursión en el Macizo Oriental o de Ándara de los Picos de Europa, si bien es la primera desde el Jitu de Escarandi. La primera fue al Pico y Prao Cortés, pero desde Espinama.
Todos sabemos, que casi 20 kms. por "alta" montaña, pasando por cotas de más de 2000 m. de altitud, no son lo mismo que 20 kms. por páramos castellanos. ¡Ojo! Sin desmerecer a estos en absoluto, pues dicho sea de paso, me encantan.


Una pequeña prueba de la distancia y relieve recorridos:


( Según datos del "Compe", 8:56 horas, en movimiento ).











Y ya puestos, el habitual detalle de situación:













El título que había soñado para este reportaje, era algo así como... "La Morra de Lechugales-Silla del Caballo Cimero y... algunas cimas más". La realidad fue otra y no puedo esperar más, para confesar, que el sentimiento que tengo, pasadas ya bastantes horas, es de... decepción. Tremenda decepción. No se si el objetivo era demasiado ambicioso para un simple senderista (tampoco se trataba de subir al Torrecerredo),  pues la idea principal, era llegar a la Morra de Lechugales, pasando antes por la Silla del Caballo Cimero.
Pero sin más dilación, vamos a ponernos en marcha. Llego a Sotres...












... y lo dejo abajo, en la sombra :












Pasado Sotres y como anécdota, me encontré con una situación (algo parecido, nos ha ocurrido a todos), que no recuerdo tan extrema. Intento reflejar, nunca mejor dicho, con la foto, algo parecido a la realidad. Tuve que parar completamente y tomar algunas medidas, antes de poder reanudar la marcha, con sumo cuidado.












Después de los habituales preparativos, tomo este camino:












El día inmejorable y el aparcamiento, para mí solo. La cosa no puede empezar mejor:












Hasta llegar a la zona del refugio, el camino se hace por una pista empedrada. Al fondo ya se puede ver el Mancondiú:












Abajo y a la izquierda, se puede ver la bonita majada de La Jazuca:























Se siente una enorme tranquilidad por aquellos parajes.












Este pequeñín, parece tener hambre:












"Siento haberte interrumpido el desayuno".












Ya estoy dando vista al refugio Casetón de Ándara:












Con una espectacular entrada. ¿Quien no ha visto esta foto alguna vez?:


































Algunos vestigios de las antiguas minas por la zona:












Una pequeña panorámica de la parte de la que vengo y donde está situado el refugio:


Pinchar en el enlace para ver más grande:  http://goo.gl/QSkcC











Después de coger un poco de altura, se llega al Collado de la Aldea, donde hay una charca con agua:












No es el recorrido habitual para ir a la Morra de Lechugales, pero yo me desvié, aún sabiendo que perdería una altitud que más tarde tendría que recuperar, para poder pasar por la zona de las antiguas minas de la Mazarrasa.


































Solo se pueden ver algunos restos de antiguas construcciones.


































 Y algún nevero con forma curiosa:












Pero hay que seguir subiendo. Aquello que se ve arriba es el Castillo del Grajal:












Por la izquierda de esa mole, tengo que pasar:












Para lo cual, tengo que cruzar algún nevero, pero con la nieve en muy buen estado y sin ningún peligro.












Mirando atrás, tengo una buena vista del Mancondiú:












Aunque es el primer día del verano, la primavera aún se deja notar, a pesar de que las condiciones de altitud y demás, no sean las más idóneas.












Aún a riesgo de equivocarme, creo que puede ser la Rasa de la Inagotable:












Y... posiblemente,  ¿la Silla del Caballo Cimero? Uno de mis objetivos del día.












Otra perspectiva de la Rasa, desde el collado del Mojón:


Me excuso de antemano, si alguno de los datos que aporto, estuviera equivocado, pues como dije al principio, es mi primera incursión por la zona y el desconocimiento lógico, me puede llevar a decir algún disparate, espero que disculpable y de los que también espero corrección.











Perfecta visión, incluso de las montañas palentinas.























Mejor pongo una panorámica de todo lo que veo hacia ese lado:


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Sigo subiendo y pronto veo la que sería mi primera cima de la jornada:












Cima relativamente modesta (2250 msnm.), de la que, por aquellos momentos pensaba que sería... "como para ir calentando". Al fondo, a la izquierda, la Silla del Caballo Cimero:












Otra panorámica. En esta ocasión, lo que veo hacia el Norte. Lo de muy del fondo, podría ser la Sierra del Cuera:


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Tampoco estoy muy seguro de que estos pueblos que se ven hacia Liébana sean Espinama y Pido:












Lo que si tengo claro, es que esto es terreno de cabras:












Una ojeada al que suponía iba a ser, mi primer "grande" del día:












Aunque siempre echando la vista atrás.












En algunos sitios, los neveros eran impresionantes:












El pico de la izquierda, ¿es la Silla del Caballo Bajero?:












Impresionante, la vista hacia el macizo Central:












Un poco más cerca, con Torrecerredo en el centro:












Y aquí estoy llegando a este punto blanco...  ¿negro?, de la jornada:












Contra este nevero, me pegué el mayor golpe moral de los últimos tiempos:












La arista llegó a un punto infranqueable. El paso es por esa ladera. Seguramente era un juego de niños, cruzar por ahí en las condiciones que estaba la nieve. Posiblemente no fuesen ni necesarios, pero no llevaba ningún tipo de "hierros", salvo los "palillos". El desnivel era grande y el patio, ya importante. Mi experiencia en esas condiciones, nula. Tampoco estaba seguro si tendría que regresar por ahí y si las condiciones, para la vuelta habrían cambiado. ¿Conclusión?:  todo eso y algunos otros pensamientos pesimistas, hicieron que, aún sintiéndolo mucho, se impusiera la sensatez y con las orejas "gachas", tuviera que renunciar a aquello que tantas veces, en los últimos días, me había imaginado:












Ese círculo rojo, fue el punto clave de mi fracaso. Es posible que en la parte más baja, donde el nevero se estrecha, fuese posible pasar, no lo se. Desde mi posición, se veía alguna posibilidad de riesgo, que no quise correr:












Si hubiese tenido unos "crampones" como los de ese que me enseñaba el camino, hubiera pasado. Por cierto, creo que fue el único rebeco que vi en todo el recorrido:


La frustración fue grande, muy grande. En otras ocasiones y muy recientemente todavía, he tenido que renunciar a alguna cima, pero nunca había tenido una sensación de fracaso tan acusada. Quizás la lejanía y las más escasas posibilidades de que se repita la intentona...












Ya sin conseguir cambiar el "chip" y sin ser capaz de disfrutar lo que me quedaba de ruta, hice cima en el que sería "pico estrella" y que estaba reservado como complemento "de segunda", para el triunfante regreso de... "empresas mayores":
La Pica del Jierru, 2432 msnm.












Aunque mis ojos no estaban alegres, la panorámica que veían, era espectacular.


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Preciosas también las vistas hacia las praderías de Áliva:












Ahora, una panorámica de 360º. Es estrechita, pero no tenía humor para hacer muchas fotos.


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Mucha panorámica y mucho cuento, pero lo más cerca que pude estar de la Morra de Lechugales, fue esto. (Aunque parece que esté en primer término, creo que es aquella "morra" que asoma en segundo plano):












Un resquicio hacia Áliva y el Central:












Algunos neveros de impresión y alguna imagen más.



































































Sin mucho más que mostrar, estoy de vuelta en el refugio:












El W.C. no es de última generación, precisamente:












Últimas fotos de los alrededores del refugio:


































En las zonas más bajas, el monte todavía conserva un bonito color:












Aunque en esta ocasión, no me llevaron a ninguna parte, vi cientos de hitos, algunos tan bonitos como este:












Este otro, parece indicarme el camino a casa. Largo y duro camino a casa:












Supongo que dentro de unos días, recordaré solo los momentos buenos y me diré todas esas cosas de... "volveré con más ganas la próxima vez"... "la montaña siempre estará ahí"...
Y aunque me cuesta realmente poner toques de humor en esta ruta, voy a intentar terminar con uno. Al fin y al cabo, el que no se consuela es porque no quiere. Esta no es la Morra de Lechugales , pero... ¿a que se le parece?:


¡Ah!, se me olvidaba contar, que estuve todo el día cargando con arnés, cuerda, mosquetones y demás, para el destrepe de La Morra...  ¿Estoy escuchando carcajadas?...



Hasta la próxima.