martes, 6 de mayo de 2014

Castros de Horneo-Hondojón. "Haciendo el indio".





Después de dos meses de inactividad, motivada más que nada por las condiciones poco favorables, decidimos hacer una salida cerca de nuestro "radio de influencia", en espera de que la ausencia de nieve nos permita afrontar alguna empresa de mayor envergadura. No es la nieve un elemento en el que me guste mucho desenvolverme. Dos buenas opciones para elegir. La zona de Lunada o la de los collados de Asón, que como solemos decir con frecuencia, nunca defraudan. Un especial interés en que Pedro, desconocedor del lugar, "descubra" alguna de las maravillas que por allí abundan, nos hace decidirnos por esta última opción.
Tuve serias dudas, sobre si hacer o no esta pequeña "crónica", pues son tantas las veces que ya lo hice, que no me creo capaz de aportar nada nuevo. Las no muy buenas condiciones de visibilidad tampoco ayudaron a que la calidad de las fotografías sea muy buena y algunas de ellas, casi todos estaremos "hartos de verlas". Esta vez, no voy a poner la más típica y habitual de la zona, como es la cascada del Asón, pero... ¿quien no ha visto alguna vez esto? Al fondo, entre las nubes, se asoma el Mortillano:












Una vez puestos en marcha y muy próxima al punto de partida se encuentra la fuente Bezón:












Al fondo ya se puede ver, bastante difuminada por la bruma, la primera parte de nuestro objetivo de hoy. Los Castros de Horneo:























Otra de las "bellezas" del lugar y que no pasa desapercibida: Los Campanarios:












Desde otro "ángulo":












Algunos detalles que llamaron mi atención, de los muchos que lo harían a partir de ahora:


































Jesús, que era el otro ya habitual componente del "terceto", también era conocedor de esta primera parte del recorrido y nos iba abriendo camino:












En este caso, la indicación era evidente:












Las nubes dudaban entre dejarnos y no, disfrutar plenamente de las vistas:























Jesús, dejando clara su postura de "jefe de cordada", aunque...












...Pedro no parece fiarse mucho y comprueba el rumbo a seguir:












La primavera se deja ver incluso en el territorio más inhóspito:























En la pared de la derecha de la foto anterior, me llaman la atención dos detalles. Uno, el lugar inverosímil donde es capaz de arraigar esa rama que se ve. Y en la parte alta de la misma, algo que sobre el terreno no vimos, aunque aquí, si nos fijamos bien, se puede apreciar ligeramente. A la hora de "revelar" la foto, lo pude ver claramente. La pared es esta...












... y el detalle éste:


No parece mal lugar para hacer modestas prácticas de rápel o escalada.











Los que hayan visto el reportaje de nuestra salida anterior, recordarán que uno de los alicientes de la ruta, era una curiosa roca que es conocida en el lugar como "la señora":












¡Pues bien!, le hemos encontrado pareja:


No estamos seguros que esa pareja se consolide, pues según dice Jesús, se aprecia claramente que se trata de un "obispo".











Entramos en una zona, en la que hacia cualquier lado que miramos, se pueden ver auténticas maravillas:




































































Curiosa forma la de este árbol:












Aquí, nos encontramos ya en la entrada de las espectaculares Hazas del Respiradero:












Impresionantes pasadizos, bordeados por interminables paredones de roca:























En un punto, nos encontramos con un enorme derrumbamiento, que imponía bastante y nos hizo aligerar el paso, pues se podía ver alguna tremenda roca en posición peligrosamente inestable:












No sin antes hacer un "ligero" avituallamiento. No creo que sea necesario recordar la gravedad de la famosa crisis que nos afecta. Esta es una clara muestra de ello:












Después de "reponer fuerzas", seguimos adelante.



































































Una vez fuera, seguimos el camino que nos indican las señales, tan curiosas como este "jitu" mixto de madera y caliza:












Llamativa formación rocosa:












Desde otro punto de vista:












Este otro hito no parece muy tranquilizador. Podría ser una señal de "territorio comanche":












Sí. Creo que los indios están cerca:












Aunque Pedro, parece bastante tranquilo en la entrada de la cueva de la Turrutuerta:












A lo lejos, las praderías de Brena Román, que es hacia donde nos dirigimos:












Curioso refugio "semi-natural":












Ya no cabe duda de que los indios están acampados cerca:













(Foto de archivo).











Incluso esta foto de mi "amada" Colina, ayuda a dar un cierto ambiente de "western":












Vamos bien:












Cruzando esta zona húmeda por un rústico puente de piedra:












Al fondo, el Picón del Fraile:























Bonita visión del Pico La Colina, al fondo:












Empezamos a subir en dirección a la cabaña del Pozo...












... y vamos dejando abajo Brena Román y el arroyo... "de cuyo nombre no consigo acordarme":


































Una vez dentro del bosque, se ve claramente la pujanza de la primavera:


































Aunque hablando de "pujanza", creo que un empujón es lo que parece "pedir" Pedro para llegar al punto más alto de nuestro recorrido:












En cambio Jesús, que me dio la impresión de estar en buena forma, sigue comandando la "expedición" a buen ritmo. En ocasiones me apeteció "mandarle parar o nos sacaría de rueda":












Por si fuera poco, un obstáculo en el camino:












Un último vistazo atrás, para despedirme de aquella preciosa montaña, de la que un día confesé haberme enamorado: 
viewtopic.php?f=51&t=30253












Una vez en el alto, llama la atención esa espectacular visión de la Peña Lusa:












La Cabaña del Pozo...












... y el porqué de ese nombre:












Y ahora, sin comentarios, unas cuantas imágenes del descenso por la parte final del Sendero de Hondojón:

























































































Nos desviamos ligeramente del camino, para conocer (confieso que a pesar de haber pasado por aquí muchas veces, nunca me había acercado hasta ella), la fuente de La Regada. Jesús que iba "sobrado y nos obligó" a hacerlo:























Aunque creo que ya se por que lo hizo:












Una última ojeada al paisaje:












Y llegó la hora de despedir esta nueva experiencia por esa maravilla que es el Parque Natural de los Collados de Asón. Creo que en realidad el título de este reportaje debió ser, "pasándolo como los indios" en lugar de "haciendo el indio". 
Una simpática manera de despedir esta pequeña historia, hubiera sido Jesús, montado "a caballo" con el penacho de plumas al viento. ¿Será eso lo que está pensando?...












EDITO para poner el detalle del relieve y distancia, que se me había olvidado:




Hasta la próxima.