viernes, 22 de agosto de 2025

PEÑA ULAÑA, "con Blanquita".



Aprovechando una "ventana" de previsión de temperatura no excesivamente alta, me decido a hacer una nueva salida por tierras castellanas (algún día tendré que retomar las que siempre fueron mis más habituales de Asturias y Picos de Europa). Otra vez fue Palencia la provincia elegida y ante la imposibilidad de la compañía de Ricardo por motivos laborales,  me pongo en marcha en solitario. ¡O eso creía yo! La realidad fue bien distinta y ya se puede imaginar por el título de esta pequeña historia:


(Selfie realizado con el teléfono).











Todo empezó en las cercanías de otro de los lugares que visité no hace mucho tiempo y que también me dejó un buen recuerdo. La Peña Amaya (a la izquierda de la foto):























Para hacer esta foto me detuve en la orilla de la carretera, poco antes de llegar al punto de inicio de la ruta: 












Y que fue exactamente éste:
El coche pasará ahí una cuantas horas pero no se podrá quejar del paisaje que le rodea:














































Pinchar en el enlace para ver más grande:  https://is.gd/IfsVjn









El principio de mi "relación" con Blanquita, empezó en este momento y fue ese que casi todos los que caminamos habitualmente por el campo conocemos. Pasas cerca de un lugar en el que hay ganado y dos enormes "mastines" salen en tu busca ladrando salvajemente, como si su intención fuera devorarte sin remedio.  Pero lo que en principio fue temor, rápidamente se convirtió en tranquilidad, pues al acercarse a mí, enseguida me di cuenta de que su única intención era jugar.
Y puse lo de "mastines" entre comillas, por que su raza era más bien...incierta. Posiblemente un cruce entre mastín y otra raza que desconozco:












Tengo que aclarar, que con ese nombre la bauticé yo sobre la marcha, pues no llevaba collar con su nombre ni tampoco vi ni una sola persona en todo el tiempo que estuve por el lugar, para preguntarle si sabían algo sobre sus dueños o su nombre.
La razón del poco imaginativo nombre que yo le puse salta a la vista:












El motivo por el que solo hablo de ella y no de su supuesto hermano, es que éste, mucho más independiente, en los primeros cientos de metros de camino, se marchó por delante y no lo volvimos a ver en todo el recorrido:























Sobra decir que ella será la protagonista principal de esta ruta, "chupando cámara" continuamente, aunque el paisaje también merecerá mucho la pena:



































































Con tanta influencia de
Blanquita en el reportaje, me estoy olvidando de decir cual es  mi objetivo de hoy y que no es otro que subir a la plataforma superior de la Peña Ulaña y mostrar las magníficas vistas que desde ella se pueden disfrutar en todas direcciones. 
Y aunque creo que son varias las opciones para hacerlo, a mi la que más me motivaba era una conocida por el poco tranquilizador nombre de "El Paso del Infierno":












Viendo esta foto y exactamente en ese punto, quiero mencionar un detalle, que por mi pasado de cazador "empedernido", me despertó sensaciones que estuvieron arraigadas en mí durante muchos años. La perra tenía un claro instinto cazador, hasta el punto de quedarse aquí "casi de muestra" y hacer volar tres codornices, que los dos seguimos con la vista hasta que se volvieron a refugiar en la ladera opuesta. 
Y para no insistir llegado el momento, en otro punto hizo lo mismo con una pollada de perdigones (jóvenes perdices), a las que persiguió durante algunos metros:



































































Una vez superado el paso de tan temeroso nombre, confieso que no era para tanto, aunque las condiciones de sequía también ayudaban bastante. 
Aún así, todavía quedaba el peor tramo que era atravesar esa zona de pinar que se ve en la siguiente foto y donde al fondo (donde se ven las antenas, se supone es el punto más alto de la Peña Ulaña):























Pero todavía faltaba un buen trecho para acceder a esa meseta superior, aunque aquí el camino tenía un cierto encanto "primaveral":
























































Aquí se enlaza con ese tramo de carretera que facilita el acceso a la parte alta de la Peña:












Aunque el calor no era excesivo, pues estaba algo aliviado por el viento que soplaba, sobre todo en la parte más alta, Blanquita bebía algo aquí...












...y parecía extrañarse que el bebedero tuviera agua a pesar de que no caía nada por el tubo:


































De aquella parte del fondo venimos:























Esta es la explicación de que hubiera agua en el bebedero anterior:












Menos explicación tiene este guardarraíl en este punto, con las condiciones y el lugar por donde transita esta carretera:












Aquí ya estamos en la planicie y que será la parte más monótona del recorrido, pues aunque acercándonos al borde teníamos buenas vistas, el fuerte viento que soplaba allí arriba, hacía que camináramos un poco más por el interior y son unos 7 kilómetros + - de páramo, con el único aliciente de ver algo de ganado en algún punto.
Por esa razón renuncié a volver hasta las antenas, pues lo tendría que desandar otra vez y tampoco tenía gran interés el lugar:

























































































De vez en cuando nos acercábamos al cortado para disfrutar de las vistas, como parece hacer aquí Blanquita:
























Pinchar en el enlace para ver más grande:  https://is.gd/oRDfYb






















Más o menos en este punto y a falta de una buena sombra que aliviara nuestro calor, hicimos un alto para grabar alguna toma de vídeo y compartir la poca comida que llevaba. 
(Nunca deseé tanto llevar mucho pan, chorizo y cosas apetitosas que le pudieran gustar a Blanquita, pero desgraciadamente no era así).
Soy consciente de que lo que hizo la perra conmigo lo hará frecuentemente con muchas otras personas que hagan un recorrido similar, pero quiero decir que los casi 19 kilómetros que me acompañó fueron suficiente para crear un vínculo de cariño hacia ella, mucho de ello motivado por el carácter fiel y cariñoso de ella. A ratos delante, otros detrás y otros con su cabeza apoyada contra mi pierna y agradeciendo las caricias. Confieso que fue lo mejor que me pasó en esta ruta y en otras muchas. 























San Martín de Ahumada:













Y puesto que dije que había hecho algo de vídeo, lo pongo aquí, aunque advierto que lo hago con la única razón de informar, pues la calidad del mismo deja bastante que desear:

































¡Como no quererla si te mira de esa manera!:












Ya en el camino de vuelta por la otra "vertiente", nos acercamos a ver el ganado vacuno, que se divide entre las que pastan tranquilamente (nunca mejor dicho) y las que buscan la sombra para protegerse del calor que ya en esta zona aprieta de lo lindo:













































Y seguimos el camino de vuelta:























Blanquita a ratos ya da muestras de fatiga:












Acercándonos ya al final, en un punto cualquiera decido que me apetece hacerme una foto con ella y aunque esta no es muy buena y está algo desenfocada, servirá para guardar como recuerdo de nuestra aventura en común:












Y ya hasta casi el final (sin comentarios) solo queda disfrutar de las vistas que nos ofrece tan privilegiado mirador:



































































Peña Castillo, visible y llamativa desde cualquier punto de la zona:












Primera vista del pueblo natal (imagino) de Blanquita y punto de salida y llegada de mi inolvidable ruta de hoy:













Pero todavía quedaban detalles que admirar antes de llegar al final:


























































































Pinchar en el enlace para ver más grande:  https://is.gd/CyWgMN






















Ya a la entrada del pueblo,  con su "casa" a la vista y con mi intención de encontrar alguien a quien preguntar información de ella (no vi ni un alma), Blanquita pareció abandonarme, pero cuál no sería mi sorpresa cuando vuelve a aparecer junto a mí.
Aquí parece pasar por la báscula para ver cuanto peso a perdido después de tanta caminata:











Dos últimos vistazos más de dos puntos que llaman mi atención y del terreno por el que nos estuvimos moviendo y que no son más que una forma de alargar el peor momento del día de hoy...























... y que no es otro que éste:
Confieso que fue un momento difícil y que me dio muchísima pena separarme de ella.
No soy nada partidario de repetir rutas que ya hice, habiendo tanto por descubrir (y tan poco tiempo para hacerlo), pero creo que aquí volveré algún día con la esperanza de encontrar otra vez a "mi Blanquita".




Hasta la próxima.










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