jueves, 28 de febrero de 2019

Desfiladero LAS XANAS Y LA MOSTAYAL. "Nos estamos cargando el Paraíso".



Esta vez, al contrario de lo que venía siendo hasta ahora, no dejamos pasar demasiado tiempo entre salida y salida. Aprovechamos el tiempo primaveral y en lo que sí coincidimos con la ruta anterior es en poner rumbo a tierras asturianas. Madrugada importante, pues desde Cantabria tenemos casi 250 kms. hasta el punto donde iniciaremos la ruta. (Lógicamente, tendremos otros tantos de vuelta, aunque después del esfuerzo nos parecerán bastantes más todavía). Estaremos un poco locos, ¿no? Sinceramente, ¡mereció la pena!
Pasamos a la altura de Oviedo, tomamos el desvío dirección Trubia. Cruzamos esta localidad y unos pocos kilómetros más adelante llegamos al área recreativa de Las Xanas, desde cuyo aparcamiento comenzamos nuestra aventura de hoy. (Desde el principio "hablo" en plural, pues como siempre desde hace un tiempo a esta parte, lo hago en compañía de Amadeo).










Pienso que no estaría de más que empezara explicando que son las Xanas. Copio textualmente la descripción que de las mismas se hace en uno de los carteles informativos de la ruta:

"Las Xanas son ninfas de agua dulce de pequeña estatura que poseen una extraordinaria belleza y largos cabellos rubios. Habitan en cuevas, fuentes y riberas de los ríos.
Este personaje de la Mitología Asturiana sale la noche de San Juan a romper su encantamiento: bailando, lavando y tendiendo sus ropas. También hace ovillos de hilo de oro y plata que regala a los pastores. Posee grandes tesoros y paga con ellos a quienes le prestan algún servicio haciendo ricas a las personas que la libran de su encantamiento".

Unos cientos de metros por la carretera y enseguida se toma el desvío hacia el desfiladero:











El cartel hace alusión a un restaurante que hay en uno de los pueblos por los que se pasa a lo largo de la ruta y que tiene muy buena reputación en lo que a comida casera típica asturiana se refiere.


















Una vez cogida cierta altura se puede apreciar el aparcamiento donde hemos dejado el coche y comenzado a caminar:










El desfiladero es espectacular. Aunque esta vez no lo copio textualmente, aporto una pequeña información sobre el mismo:
Se le conoce como "el pequeño Cares" por su parecido con el mismo (salvando las distancias). Es una senda tallada en la roca a mediados del siglo XX con la intención de comunicar los pueblos de Pedroveya (que es donde está el famoso restaurante), Dosango y La Rebollada con Villanueva (que es el pueblo que se puede ver al fondo en la foto anterior). El Desfiladero de Las Xanas fue declarado Monumento Natural en el año 2002 Es una imponente garganta fluvial de más de 2 kms. de longitud excavada por el arroyo Viescas.



































































































































































Afortunadamente no es muy necesario utilizar este complemento de "seguridad". En muchos tramos ya está retirada y aquí también debería estarlo, no vaya a ser que a algún imprudente quiera poner a prueba su resistencia. Es una ruta apropiada para hacer con niños y esto puede suponer un peligro añadido:





































Aproximadamente por aquí, el camino se pone a la altura del antes mencionado arroyo Viescas, por lo que el panorama cambia bastante, no dejando por ello de tener rincones de interés:











Curioso lugar para colocar una señal "de tráfico":























































Pero como tantas otras veces, no es oro todo lo que reluce. Desde luego es un lugar para recordar, para recomendar e incluso para repetir si llegase el caso, perooo... "ASTURIAS PARAÍSO NATURAL", sí, pero nos lo estamos cargando. (De aquí el título del reportaje). Dos fueron los "detalles" negativos que hicieron que el disfrute no fuera total. Del segundo hablaré más adelante.
¿A quien le extraña que una buena parte del norte del país (Asturias ahora concretamente) esté en llamas cada vez que las circunstancias son favorables, con la cantidad de leña que "echamos al fuego"?:










































































Aclaro que en ningún momento pretendí hacer fotos para mostrar esto aquí. Solo son algunas de las que casualmente hice durante el recorrido.



























Aunque pueda dar la impresión, Pedroveya es el nombre del pueblo, pero no del restaurante:




























Y ahora, por si fuera poco el destrozo del monte, creo que nos hemos metido en la boca del lobo. En la del lobo no sé, pero en la de aquel mastín que viene detrás de las ovejas es posible:  rrr23










Por suerte, Amadeo tiene poderes para amansar a las fieras y de este "marrón" vamos a salir con vida:


















La verdad es que no solo había uno. Eran dos y enormes, pero todo lo que tenían de grandes lo tenían de bonachones:





























Incluso yo me atrevo a hacer migas con uno de ellos:










Es normal que en un punto de paso de mucha gente, si fuesen belicosos no estarían sueltos por los caminos. Creo que estarán más acostumbrados a los "pisapraos" que a las ovejas:










Dosengo. Por ahí pasaremos a la vuelta:










Antes haremos una visita a la ermita de San Antonio:



















Impresionante el Tejo que le da sombra:










A nosotros también nos la da:




















La puerta del cementerio es un sitio tan bueno como cualquier otro para descansar:










Algunos detalles del lugar:





































También es un buen lugar para recuperar fuerzas y eso es lo que hacemos, aunque la ruta hasta ahí ha sido un cómodo paseo:










Este pueblo que se ve al fondo es La Rebollada:










Y este que tenemos al lado, Pedroveya. Hacia él vamos:










Bonito hórreo a la entrada del pueblo:










Hay más:



















No era mala idea degustar una buena fabada, pero acabamos de comer ahora y nos queda "faena" por delante:










En este bonito pueblo hay de todo. Se puede quitar el hambre y la sed:



















Digamos que aquí, en la ruta "normal" del desfiladero se empezaría a cerrar la circular para volver al punto de partida, pero a nosotros nos "sabe a poco" habiendo venido desde tan lejos y le vamos a añadir, de propina, el ascenso a uno de los picos más representativos de la zona. Hay donde elegir. A partir de aquí, seguimos por una pista hormigonada, pero con un fuerte desnivel. De vez en cuando hacemos alguna parada para descansar con la disculpa de hacer alguna fotografía:



















Aquello más alto que se ve al fondo a la izquierda, creo que es nuestra elección de hoy:










Después de subir fuertes repechos llegamos a la bonita Braña Gaméu:



















La misma desde un poco más arriba:










En esta fotografía se puede apreciar la segunda de las cosas a las que me refería antes y que menos me gustaron de este espectacular recorrido. La contaminación. Ya hacía unos días que en las noticias se decía que en Asturias el nivel de contaminación era alto. Parecía extraño, pero por desgracia, era cierto:




















Lo vamos a olvidar por un momento, pues la cima ya parece estar a nuestro alcance:


















































Por aquello de "si no foto, no cima", dejamos constancia de haber estado ahí:




























Yo ya había visto algunos reportajes de esta cima, desde donde se veían con toda nitidez Oviedo, Gijón, Aviles, etc. y sin embargo hoy poco más que se intuía Oviedo. Una gran decepción.










Por si eso fuera poco, una ligera bruma también impedía ver con claridad hacia la parte montañosa:










Todavía con bastante nieve se vislumbra la carretera de la ya casi mítica subida ciclista de la Vuelta a España:










Esto es lo mejor que pudimos ver en dirección a la costa, con Oviedo al fondo y la central térmica de Soto de Ribera en primer término:










Y uno más de los muchos incendios que últimamente calcinan nuestros montes. (Por supuesto provocados en su gran mayoría, si no todos). Y me voy a morder la lengua, que me conozco y podría ser objeto de censura:




























Algunos detalles de la bajada:





































Nuevamente volvemos a cruzar Pedroveya donde enlazaremos con la senda de Valdolayés para completar una circular y no volver a regresar por el mismo sitio:




























Echando la vista atrás podemos ver como dejamos atrás Pedroveya. A la derecha se puede apreciar la ermita en la estuvimos en la subida:










Aquí dejamos atrás Dosengo, para en un continuo descenso por cómodos caminos, volver al punto de partida:




















Conclusión: Sensación agridulce, donde el mal estado del monte y la contaminación empañaron lo que podría haber sido una maravillosa experiencia por un auténtico "Paraíso Natural".
Por cierto, a pesar de esta última foto no tuvimos la suerte de ver ninguna de esas extraordinarias bellezas de largos cabello rubios. ¡Estarán extinguidas!




Hasta la próxima.