viernes, 23 de octubre de 2015

CASTRO VALNERA, desde Lunada...¡otra vez!




Una vez más, dudo bastante antes de publicar este modesto "reportajillo", pues soy consciente de lo poco que puedo aportar de una zona tan popular y conocida (aunque brutalmente espectacular), a caballo entre las provincias de Burgos y Cantabria. Por si esto fuera poco, el objetivo, la que seguramente es la cima más emblemática del lugar.
Al final, me decido a hacerlo, más con el propósito de conservar un recuerdo, que con la intención de descubrir algo nuevo. Si no recuerdo mal (y de ahí el título del reportaje), es la cuarta vez que tengo la suerte de disfrutar de la belleza de aquel entorno. Y conste, que no es mi costumbre repetir recorridos que ya conozco, pero este es de esos que solemos decir que nunca defraudan.
Esta vez, tenía un buen motivo para volver allí, ya que Pedro, mi habitual compañero de fatigas, no lo conocía. (Jesús, después de 8 meses de idas y venidas a consultas médicas, continúa "varado", con problemas discales que le repercuten en una pierna y le impiden caminar con la libertad necesaria para moverse en la montaña). ¡A reponerse pronto, que echamos de menos tu compañía!
(En realidad, lo que echamos de menos es el kalimotxo fresco que siempre llevaba en su "popular" bota). 😉

Pero...¡pongámonos en marcha!
Un par de detalles de la ruta:
























Empezamos el recorrido desde el mismo alto del Portillo de Lunada:













Las condiciones meteorológicas eran excelentes. Una ligera brisa del sur, hacía que la temperatura no fuera demasiado baja a primeras horas de la mañana pese a la altitud y permitía que la visibilidad fuera extraordinaria en todas direcciones.
Hacia atrás, donde ya se puede ver la base militar del Picón del Fraile...













...y hacia adelante:













¡Ah! se me olvidó decir, que esta vez decidí dejar la réflex en el "banquillo" y mis fotos están hechas todas con el teléfono. Una buena disculpa para la no excesiva calidad de las fotografías.
Aquí Pedro, poniendo en marcha su cámara. Una buena parte de las fotografías son suyas.













Otra ojeada atrás desde el alto de Las Corvas:
























Por delante, se nos presenta este "repecho" para llegar al Pico de la Miel:














Desde aquí ya tenemos una bonita vista a la estación de esquí de Lunada, al Picón del Fraile a la izquierda, y a la derecha otra de las cimas más interesantes de la zona. La Peña Lusa:













Pedro llegando a la primera de las cimas de interés de la jornada:














Y al fondo a la derecha, la primera y espectacular visión de nuestro principal objetivo: Castro Valnera:














La vista que tenemos hacia el norte, por la que accedimos hasta el alto del puerto, es espectacular:













Hacia el sur, tampoco está nada mal:













Cumbre del Pico la Miel, donde Pedro y yo posamos como si de un ocho mil se tratara:
























(Foto de Pedro).






































Estudiando detenidamente el lugar por donde tenemos que perder altura para después afrontar la exigente ascensión a la cumbre del, conocido en el lugar, como el "Castru":













(Foto de Pedro).













Desde aquí, damos vista al Bernacho, desde donde también es muy frecuente acceder a esta cima:


(Foto de Pedro).























Lo que nos espera:













(Foto de Pedro).












Otra mirada hacia la parte burgalesa:













Pedro repone fuerzas para afrontar la parte más dura de nuestra ruta.
(A falta de la añorada bota de Jesús, un poco de café calentito, también se agradece):













De esa parte más alta venimos:
























Alguna imágenes (sin comentarios):
























(Foto de Pedro).
























































(Foto de Pedro).


































(Foto de Pedro).
























































(Foto de Pedro).












Llegamos a la cumbre...
























...y dejamos constancia de que estuvimos allí:













(Foto de Pedro).












Disfrutamos de las impresionantes panorámicas y emprendimos el camino de vuelta.
Hicimos una ligera variante con el de la ida, para "regatear" la vertiginosa bajada, donde perdimos mucha altura en una parte del camino y que ahora, de volver por el mismo sitio, tendríamos que ascender:




































































Los llamativos colores otoñales, se encuentran ya en un estado demasiado avanzado:




































Y con esta bonita foto de Pedro (a quien como era de esperar, le encantó la experiencia), y en la que se puede ver Santander al fondo, pongo punto final al reportaje.

Espero que no por conocido, haya sido excesivamente aburrido:


(Foto de Pedro).



Hasta la Próxima.