Un día cualquiera. Bueno... ¡no un día cualquiera! Pero las expectativas eran de una jornada de descanso, rutinaria. Lo que tampoco quiere decir nada malo."Hoy fue un día feliz, solo rutina"... es una de mis frases favoritas. Aunque pensándolo bien, a veces salirse de la rutina también tiene su aliciente. Lo que quiero decir, después de este preámbulo, es que la predicción de malas condiciones meteorológicas, hizo que en absoluto tuviera intención de aprovechar el día para disfrutar de nuestros montes. ¿Quien me iba a decir a mí, al levantarme y subir la persiana, que hoy, uno de mis "pendientes" más ilustres, pasaría a ser historia? Al levantar esa persiana me doy cuenta, que los de "Aemet" se han equivocado otra vez (conste que yo soy de los que opinan, que lo hacen en contadas ocasiones), y que ya inmersos en el otoño, tenemos que aprovechar cada resquicio de buen tiempo. Así que, sin nada previsto, ante lo avanzado de la hora y pensando que si hago una salida, tiene que ser algo no muy lejos de casa, me digo...
¿y por
que no la Peña Lusa? "Es una zona que conozco
bastante bien, no necesito mapas, ni tracks... ¿llevaré el gps?... creo que
no, tiene la batería descargada. Bueno... cogeré unas pilas, por si acaso".
Para poner
en antecedentes, diré, que a pesar de la proximidad, es la tercera vez que
intento que la Peña
Lusa me reciba en su cima. (Ya nunca
voy a decir... "que se rinda a mis pies"). La primera vez, no pudo ser
por esto:
Y el segundo intento, se quedó en eso, por esto:
Con escasos preparativos (cuatro galletas y algo de bebida), cojo la mochila, el coche y me pongo en marcha. Con la confianza de lo despejado del día, me permito el lujo de hacer paradas por el camino. Ahora, para hacer una panorámica de las "mieses" de Solórzano y Hazas de Cesto:
Pinchar en el enlace para ver más grande: http://goo.gl/uAVuT
El valle de Matienzo, como casi siempre, cubierto de niebla:
Aquí ya lo he dejado atrás y también el llamativo Copete de la Bolisa, de la Sierra de Mullir:
Escoltado por los dos Mazos.
Poco más se puede pedir, para disfrutar de una bonita jornada de monte.
Al frente Los Campanarios:
Una panorámica de lo mismo:
La aproximación, se hace por bonitos caminos.
En la señalización, colocada recientemente, han enrollado alambre de espino, para que los animales no lo derriben al rascarse sobre las señales.
Y eso que mi vista no se quita de aquellas nubes:
Un par de vistazos atrás:
Bueno... ¡tres!
Pero hay que seguir al frente. Ahora por una cómoda pista...
Pinchar en el enlace para ver más grande: http://goo.gl/vrmTp
Allí asoma el Picón del Fraile:
... desde el que veo esto:
Y una vez superado, esta es la vista de la parte de la que vengo, con el Mortillano al fondo:
Pinchar en el enlace para ver más grande: http://goo.gl/7qITH
Para llegar a la cima, aún tengo que subir por aquella pedrera que se ve en el centro de la foto:
El "bendito", decía 10 mts. más.
Pinchar en el enlace para ver más grande: http://goo.gl/r46tE
Con algo más de detalle y tirando de zoom, el radar militar del Picón del Fraile:
La zona del Castro Valnera...
... la estación de esquí de Lunada...
... y como no, Porracolina:
A pesar de que todavía le quedan momentos de tensión a la jornada, esto es lo mas negativo de la misma:
Aunque está bastante más lejos de lo que aparenta en la foto y animado por mi conquista, decido rematar la faena, acercándome hasta el alto de la Imunia:
Abandono la cima, en esa dirección y... ¿que veo? Ya apareció el vértice geodésico. Arriba se intuye el buzón. Quiero pensar que habrá sido como consecuencia de algún rayo:
Últimos vistazos hacia la ladera Suroeste.
Sigo admirando el extraordinario paisaje, sin sospechar siquiera, que aquellas serían, casi las últimas vistas del día:
Y ahora, en serio, una reflexión y de paso justifico, el título del reportaje. También confirmo lo que siempre se dice, de que todas las precauciones son pocas. Siguiendo una zona bastante bien señalizada, con hitos, no me sería muy difícil volver hasta la base de la Peña Lusa e incluso coger la canal de bajada, hasta desembocar en una inmensa ladera de brezo, sin rastro de sendero en la mayor parte. Tengo el convencimiento, por eso lo digo, que sin el GPS, ("bendito GPS") me hubiese sido prácticamente imposible, encontrar el camino de bajada. No veía nada a mi alrededor. ¿Como iba a encontrar una estrecha grieta entre las rocas (el paso de Las Escalerucas), a cientos de metros de distancia? Afortunadamente, llevaba dos juegos de pilas, pues unas se habían agotado al llegar a la cima y eso me dio la suficiente confianza, incluso para seguir haciendo alguna que otra foto. Sinceramente, lo hubiera pasado muy mal.
... y esto, lo que "veo" ahora:
A medida que voy perdiendo altura por el bosque, voy ganando visibilidad.
Y por la bonita zona por la que subí, vuelvo a pasar. Como ya está bien de animales, retrato piedras y flores:
Y como ya estoy llegando al final, estos son los dos acostumbrados datos fríos del recorrido:
... regreso a casa, con dos buenas conclusiones. Una, que mi GPS, formará parte inseparable de mi equipo. Y la segunda y también muy importante, que a pesar de haber salido de la rutina... "también fue un día feliz" .
Hasta la próxima.
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