jueves, 17 de septiembre de 2009

PEÑA LUSA, a la 3ª. (Bendito GPS).




Un día cualquiera. Bueno... ¡no un día cualquiera! Pero las expectativas eran de una jornada de descanso, rutinaria. Lo que tampoco quiere decir nada malo."Hoy fue un día feliz, solo rutina"... es una de mis frases favoritas. Aunque pensándolo bien, a veces salirse de la rutina también tiene su aliciente. Lo que quiero decir, después de este preámbulo, es que la predicción de malas condiciones meteorológicas, hizo que en absoluto tuviera intención de aprovechar el día para disfrutar de nuestros montes. ¿Quien me iba a decir a mí, al levantarme y subir la persiana, que hoy, uno de mis "pendientes" más ilustres, pasaría a ser historia?  Al levantar esa persiana me doy cuenta, que los de "Aemet" se han equivocado otra vez (conste que yo soy de los que opinan, que lo hacen en contadas ocasiones), y que ya inmersos en el otoño, tenemos que aprovechar cada resquicio de buen tiempo. Así que, sin nada previsto, ante lo avanzado de la hora y pensando que si hago una salida, tiene que ser algo no muy lejos de casa, me digo...
¿y por que no la Peña Lusa? "Es una zona que conozco bastante bien, no necesito mapas, ni tracks... ¿llevaré el gps?... creo que no, tiene la batería descargada. Bueno... cogeré unas pilas, por si acaso".

Para poner en antecedentes, diré, que a pesar de la proximidad, es la tercera vez que intento que la Peña Lusa me reciba en su cima. (Ya nunca voy a decir... "que se rinda a mis pies"). La primera vez, no pudo ser por esto:












Y el segundo intento, se quedó en eso, por esto:












Con escasos preparativos (cuatro galletas y algo de bebida), cojo la mochila, el coche y me pongo en marcha. Con la confianza de lo despejado del día, me permito el lujo de hacer paradas por el camino. Ahora, para hacer una panorámica de las "mieses" de Solórzano y Hazas de Cesto:


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El valle de Matienzo, como casi siempre, cubierto de niebla:












Aquí ya lo he dejado atrás y también el llamativo Copete de la Bolisa, de la Sierra de Mullir:













Ya cerca del destino, otra parada, para ver en todo su esplendor, la cascada del nacimiento del río Asón:














































Aquí otra vista hacia el valle de Asón, con la Peña Lavalle al fondo. Le debo una visita. (También me rechazó, en una ocasión, con una espesa niebla): 













Desde los Collados del Asón, comienzo la ruta a pie y pronto puedo ver otro de los grandes de la zona:























Escoltado por los dos Mazos.


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Poco más se puede pedir, para disfrutar de una bonita jornada de monte.













A mi derecha, los Castros de Horneo:












Al frente Los Campanarios:












Una panorámica de lo mismo:


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La aproximación, se hace por bonitos caminos.
























En la señalización, colocada recientemente, han enrollado alambre de espino, para que los animales no lo derriben al rascarse sobre las señales.













Cruzo la zona de bosque, salgo a terreno abierto y ya veo al fondo, mi objetivo, con algunas nubes, pero no parece preocupante:



































Llegado a este punto, tengo que aclarar, que al tratarse de mi tercer intento por la zona, algunas de las fotos, serán casi reiterativas, pero como es un rincón que a mí, me encanta, pues no me canso. Lo siento.
























































Y eso que mi vista no se quita de aquellas nubes:













Un par de vistazos atrás:























Bueno... ¡tres!












Pero hay que seguir al frente. Ahora por una cómoda pista...













... que pronto dejaré, para desviarme a la derecha. La Peña Lusa, parece esperarme con los "brazos abiertos".













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Allí asoma el Picón del Fraile:
























Después de atravesar otra zona boscosa, localizo el curioso paso de Las Escalerucas...























... desde el que veo esto:













Y una vez superado, esta es la vista de la parte de la que vengo, con el Mortillano al fondo:













El brezo está en pleno apogeo de flor.



































En esta panorámica se ven, las que creo que son, las Peñas de Bustarejo:


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Para llegar a la cima, aún tengo que subir por aquella pedrera que se ve en el centro de la foto:













No estoy solo.













Me parece adivinar el buzón de la cumbre.













Efectivamente, lo era:












El "bendito", decía 10 mts. más.













Una satisfacción que no me imaginaba al empezar el día.













Aunque había bastantes nubes, las vistas eran estupendas. Por cierto, el pedestal del vértice geodésico, parece huérfano del mismo:













Y me animé a hacer una panorámica más. La última.


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Con algo más de detalle y tirando de zoom, el radar militar del Picón del Fraile:












La zona del Castro Valnera...












... la estación de esquí de Lunada...












... y como no, Porracolina:












A pesar de que todavía le quedan momentos de tensión a la jornada, esto es lo mas negativo de la misma:













¡Aviso a navegantes! Así se verán dentro de poco, todos los montes de nuestro entorno:












Aunque está bastante más lejos de lo que aparenta en la foto y animado por mi conquista, decido rematar la faena, acercándome hasta el alto de la Imunia:












Abandono la cima, en esa dirección y... ¿que veo? Ya apareció el vértice geodésico. Arriba se intuye el buzón. Quiero pensar que habrá sido como consecuencia de algún rayo:























Últimos vistazos hacia la ladera Suroeste.
























Por esta ladera y por entretenidos vericuetos, tuve que bajar, para seguir el camino hacia La Imunia:












Sigo admirando el extraordinario paisaje, sin sospechar siquiera, que aquellas serían, casi las últimas vistas del día:













Cuando ya tengo, relativamente cerca, el Alto de la Imunia,... "parece que se está metiendo algo de niebla":













La cosa parece que va en serio. 













Y como ya tengo bien aprendido, que en la montaña, una retirada a tiempo es una victoria, decido sin dudar mucho, que La Imunia, bien se merece un capítulo aparte. Y vuelvo sobre mis pasos, antes de que éstas decidan acogerme en su rebaño:























Y ahora, en serio, una reflexión y de paso justifico, el título del reportaje. También confirmo lo que siempre se dice, de que todas las precauciones son pocas. Siguiendo una zona bastante bien señalizada, con hitos, no me sería muy difícil volver hasta la base de la Peña Lusa e incluso coger la canal de bajada, hasta desembocar en una inmensa ladera de brezo, sin rastro de sendero en la mayor parte. Tengo el convencimiento, por eso lo digo, que sin el GPS, ("bendito GPS") me hubiese sido prácticamente imposible, encontrar el camino de bajada. No veía nada a mi alrededor. ¿Como iba a encontrar una estrecha grieta entre las rocas (el paso de Las Escalerucas), a cientos de metros de distancia? Afortunadamente, llevaba dos juegos de pilas, pues unas se habían agotado al llegar a la cima y eso me dio la suficiente confianza, incluso para seguir haciendo alguna que otra foto. Sinceramente, lo hubiera pasado muy mal.




































Gracias a la tecnología, pude encontrar el dichoso paso, bastante difícil de encontrar, incluso sin niebla.













Desde ese mismo punto, esto es lo que veía al subir...












... y esto, lo que "veo" ahora:












A medida que voy perdiendo altura por el bosque, voy ganando visibilidad.













Aunque... ¡tampoco mucha!













En la zona baja, la tranquilidad ya es total:



































Aunque mi intención no era esa, creo que la madre le iba diciendo al pequeño... "vámonos de aquí, a ver si nos deja en paz este pesao":












Y por la bonita zona por la que subí, vuelvo a pasar. Como ya está bien de animales, retrato piedras y flores:














































La casita del nº 90, la pongo siempre y me gusta tanto, que al final me tendré que venir a vivir aquí:













Y como ya estoy llegando al final, estos son los dos acostumbrados datos fríos del recorrido:
























Por los mismos caminos que me llevaron a una nueva jornada de experiencias...


... regreso a casa, con dos buenas conclusiones. Una, que mi GPS, formará parte inseparable de mi equipo. Y la segunda y también muy importante, que a pesar de haber salido de la rutina... "también fue un día feliz" .



Hasta la próxima.










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